Y también lo han de ser los artistas, pero el gobierno cubano ha criminalizado cualquier arte que no tenga su aprobación. Soleida y sus padres protestan contra esta injusticia con su jardín secreto de esculturas de aves encadenadas. Luego, un huracán derriba las paredes y deja al descubierto el arte ilegal, y sus padres son arrestados...
Soleida huye sola a Centroamérica y se une a miles de refugiados cubanos varados en Costa Rica mientras buscan asilo en cualquier otro sitio. Ahí, conoce a Dariel, un muchacho cubanoamericano cuya música enigmática hechiza a las aves, a los animales… y a Soleida.
Juntos trabajan para proteger el medioambiente y atraer la atención del mundo hacia los artistas presos en Cuba. Pronto descubren que el amor no consta de caer rendido, sino de volar juntos hacia nuevas alturas. Pero las alas pueden ser frágiles, y Soleida y Dariel vienen de mundos diferentes. ¿Acaso ese futuro mejor por el que luchan incluirá la posibilidad de que estén juntos?